La República es uno de los diálogos más importantes que
escribió Platón, en donde expresa su concepción del arte,
lo político, la sociedad,
la justicia,
la inmortalidad, la virtud, el bien y el mal.
Se cree que la República, por su gran extensión, es un compilado
hecho por Platón en donde unifica una serie de diálogos para exponer algunos problemas fundamentales
de su pensamiento en
forma más completa.
La fecha aproximada en la que Platón empezó a escribir la República fue
entre 390-385 a.C. (en el periodo de transición de sus escritos), y fue
terminada con los capítulos II al X presumiblemente entre 385-370 a.C. (en el
periodo de madurez del autor).
La República expone el Estado ideal
de Platón, lo que debería ser para que el hombre encuentre
felicidad y desarrolle su moralidad.
El escenario: en donde transcurre el diálogo escrito por Platón, es en
casa de Polemarco, hijo de Céfalo, en el Pireo allá por el mes caluroso de
Junio a fines de primavera.
Los personajes:
Sócrates: (470-399 a.C.) es el personaje principal del diálogo,
fue maestro de Platón y creador del método denominado mayéutica (o arte de
"alumbrar" los espíritus) por el que lograba que sus interlocutores
descubrieran la verdad a partir de ellos mismos. Sócrates era bajo, de nariz
ancha, feo[2]pobre y casado con Jantipa, una mujer de
reconocido mal genio,
con la que tuvo tres hijos.
Céfalo: fue hijo de Lisanias y actual padre de Lisias, Polemarco y
Eutidemo. Céfalo es un hombre de
edad que se dedica al comercio y
tiene un muy buen pasar económico. Interviene solamente en el Libro I elogiando
la ancianidad e introduciendo la concepción comercial de justicia por la cual
consiste sencillamente en . Céfalo muere probablemente en el 429 a.C.
Lisias: (459-380 a.C.), orador nacido en Atenas. A la edad de 15 años
decidió estudiar retórica. En el año 404 a.C., los Treinta Tiranos que entonces
controlaban la ciudad privaron a Lisias y a su hermano Polemarco de todas sus
posesiones. Cuando mataron a Polemarco, Lisias huyó a una población vecina.
Regresó a Atenas en el año 403 a.C., tras la derrota de los Treinta Tiranos y
el restablecimiento del gobierno democrático.
Emprendió entonces acciones legales
contra el responsable de la muerte de
su hermano. Lisias se ganó la vida escribiendo discursos para
los litigantes y continuó con los negocios de
su padre.
Se cree que Lisias no contó con la simpatía de Platón.
Polemarco: aficionado a la filosofía y a la política. Recibió muerte por
defender los ideales de la democracia bajo
el gobierno de los Treinta Tiranos (donde Platón tenia familiares en el poder).
Su participación es visible en el Libro I donde introduce la idea de justicia
de los poetas como Simónides: . También se la puede catalogar como una concepción
de la justicia en tiempos de guerra.
Eutidemo: poco se conoce sobre el tercer hijo de Céfalo, quien no debe
ser confundido con Eutidemo, hijo de Diocles (fiel admirador de Sócrates).
Trasímaco: Sofista y orador. Lo político y lo moral solo
le preocupaba incidentalmente. Este pensador poseía múltiples cualidades y
tenía conocimientos muy firmes. Trasímaco interviene en el Libro I alegando que
la justicia es y entabla una analogía entre el hombre justo (que siempre le va
mal) y el hombre injusto (que saca provecho de la situación), agregando que los
que reprochan la justicia no lo hacen por miedo de cometerla, sino por temor a
sufrirla. Junto a él aparecen dos de sus admiradores:
Carmántides: discípulo de Sócrates e hijo de Queréstrato. Participó de la
batalla de las Targelías en el 400 a.C.
Clitofonte: discípulo crítico de Sócrates e hijo de Aristómino. Era
partidario de la oligarquía moderada, actuando en los acontecimientos del 411
a.C. con el establecimiento del gobierno de
los Cuatrocientos.
Adimanto: su padre fue Aristón, al parecer, descendiente de los
primeros reyes de Atenas, mientras que su madre, Perictione, descendía de
Dropides, perteneciente a la familia del
legislador del siglo VI a.C. Solón. Éste era el hermano mayor de la familia de
Platón.
Glaucón: hijo de Aristón y Perictione y hermano menor de Platón. Glaucón
era un "hombre de
mundo", devoto al amor,
a los animales y
a la música. A partir del libro II,
éste y Adimanto se convierten en casi los únicos interlocutores de Sócrates.
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